La ACT es una asociación que nació en mayo de 1990 en Barcelona para defender los intereses de las empresas especializadas en la prestación de servicios de traducción e interpretación. Frente a las variadas asociaciones profesionales, en su mayoría de alcance regional, la ACT es la única asociación de alcance nacional y carácter estrictamente empresarial.
En los Estatutos y Reglamento Interno se establece como criterios de ingreso, entre otros aspectos, tener más de 3 años de existencia bajo la forma jurídica actual, disponer de oficinas dedicadas y debidamente atendidas, contar con personal cualificado para la realización y revisión interna de las traducciones, así como aplicar unos criterios éticos de contratación y una plena garantía del servicio prestado.
Con estos requisitos se pretende que la ACT sea representativa de un sector de servicios de calidad, ya que la falta de reconocimiento popular ha facilitado la proliferación de pequeñas empresas que dañan el sector por su frecuente falta de calidad y de criterios en la selección del personal y en la realización de las traducciones. Los miembros de la ACT deben ser empresas profesionales y serias, que ofrezcan un servicio de calidad.
Los socios de la ACT deben firmar una Declaración de Garantía de Servicio, con la que asumen los criterios éticos de elaboración, control y entrega de las tradrucciones que la ACT considera básicos y necesarios.
La ACT es miembro fundador de la EUATC, la European Union of Associations of Translations Companies, que defiende los intereses a nivel europeo.