El concepto de Cuadro de Mando Integral surge a partir del estudio que hicieron en 1990 Robert S. Kaplan y Dave Norton. Se sometió a investigación a diferentes empresas con el propósito de explorar nuevos métodos para medir la actividad y los resultados obtenidos.
A partir de este estudio se concluyó que en el entorno empresarial actual, tan lleno de cambios y tan altamente competitivo (economía global), las empresas deben dedicar importantes recursos de tiempo, energía, humanos y financieros a medir el trabajo que realizan para alcanzar sus objetivos estratégicos. A pesar de todo este esfuerzo y de los costes implicados sólo un 35% de las empresas consideran que los sistemas usados para medir el rendimiento son eficaces. Esto significa que 7 de cada 10 empresas no están satisfechas con sus sistemas ni sus esfuerzos para medir resultados.
Según Kaplan y Norton, el problema de la mayoría de los sistemas utilizados es que sólo toman los aspectos financieros como indicadores de resultados. Estos sistemas se adaptan perfectamente a la naturaleza mecánica y de activos físicos de las primeras empresas industriales. Sin embargo, no sirven para captar los mecanismos de creación de valor que tienen las modernas empresas empresariales. En la economía actual, activos intangibles como la preparación de los empleados, las relaciones con los clientes y los proveedores y las culturas innovadoras representan la clave para crear valor.
El Cuadro de Mando Integral es una herramienta capaz de captar, describir y traducir activos intangibles a un valor real que puedan comprender todas las partes interesadas en una empresa, y al mismo tiempo, permitir que las organizaciones pongan en marcha sus estrategias diferenciadoras.
Esta metodología traduce la estrategia de una empresa en objetivos, indicadores, metas e iniciativas de cuatro perspectivas integradas:
- perspectiva de cliente
- perspectiva de los procesos internos
- perspectiva del aprendizaje y crecimiento de los empleados
- perspectiva financiera